La Espiritualidad es definida de muchas maneras. Algunos la consideran una manera de vivir la religión; otros piensan que se puede expresar una vida espiritual fuera de esta. Habitualmente la asociamos con ciertos Maestros, gurúes y especialmente con el misticismo. También suele solaparse y confundirse bastante con el crecimiento personal, que no es exactamente lo mismo.
El crecimiento personal
El crecimiento personal también tiene varias definiciones de acuerdo a los expertos. Para resumir un poco, podríamos decir que es un proceso ligado al desarrollo de la personalidad (con relación a los procesos cognitivos, la estructuración del tiempo, la autoestima, la asertividad, la inteligencia emocional etc.). Algunos hablan de “integración” sana de las partes de la personalidad, incluso de su “trascendencia”. Sin embargo, esta última acepción podría ser más indicada para la idea del desarrollo espiritual.
Cuando nos hablan de crecimiento personal, generalmente viene a nuestra mente un conjunto de técnicas, prácticas o ejercicios basados en uno o varios modelos teóricos. Por norma, se valora el auto-conocimiento y el mejoramiento de nuestros niveles mental, emocional e incluso físico. Incluye ejercicios de relajación, la atención plena o “mindfulness”, técnicas de coaching, ejercicios de Gestalt, Danza-terapia, Eneagrama, Teatro, Psicodrama, Constelaciones familiares, Programación neurolingüística, Análisis Transaccional y un largo etc.
La espiritualidad
La espiritualidad, entendida como algo que va un poco más lejos que el simple crecimiento personal, es habitual que comience a partir de la búsqueda de un sentido en la vida. A veces existe el reconocimiento de “Algo Superior” que existe dentro de uno mismo y necesita ser despertado. Y ese reconocimiento, cuando se produce, genera después algunos rasgos característicos en la actitud que podríamos llamar “espirituales”: un interés por conocer el funcionamiento de la vida o el universo, la búsqueda de una filosofía de vida o una escala de valores que oriente el modo de vivir con rectitud, aparece un especial cuidado de sí mismo y el querer desarrollar paz interior, a su vez, nace un deseo por ser correcto con los demás, que se traduce también en una consciencia “ecológica” respecto al cuidado del entorno urbano y la naturaleza.
Compasión
También hay un especial énfasis por desarrollar acciones relacionadas con el servicio a los que sufren, la práctica de la Benevolencia, el Respeto por la diversidad humana etc. En este sentido, muchos que descubren este sentimiento interior se inclinarán por la religión o bien por una vida espiritual laica, algo bastante más común en la actualidad. Es recomendable la práctica de la Meditación o aquellas Artes Marciales que presenten a sus practicantes una filosofía de vida.
Está comprobado que la práctica de la Meditación tiene muchos beneficios para la salud, además de fomentar un gran equilibrio emocional, otorga mayor seguridad, calma mental y por consiguiente, una mejor capacidad de resolver problemas. Por otra parte, la Meditación es un gran aliado de la psicoterapia, ayuda a mejorar muchos temas psicológicos como la ansiedad, la baja autoestima o el control de los impulsos.
Por supuesto, siempre tenemos que estar atentos e informarnos bien acerca de los sitios que ofrecen prácticas espirituales para evitar vincularnos a sectas o a organizaciones dedicadas a fines contrarios a una espiritualidad real.
Muy interesante el artículo. Gracias por compartir! Saludos