La letra nunca es estéril

 

La palabra crea. Lo que hablamos construye nuestra realidad. Esta frase que podría parecer una obscura sentencia filosófica tiene un grado de realidad que puede detectarse sin dificultad. Basta con escuchar como habla una persona y observar su vida. Así de simple. Tal como habla, piensa y del modo en que piensa actúa. Claro, esta observación es más compleja de lo que parece.

La relación entre pensamiento, palabra y acción no es sencilla. Entre el pensar y el hablar existen múltiples distorsiones e interferencias, cortocircuitos, autoengaños, atajos y desviaciones. A veces decimos una cosa y hacemos otra, cuando pensamos, no siempre somos conscientes de aquello que hay detrás de lo que pensamos. Nos contradecimos. Somos incoherentes. Se nos escapan muchas cosas. Sin embargo, existe una relación entre la palabra y la expresión de nuestros conceptos mentales.

Estos moldean nuestra manera de ser, creando la posición que adoptamos frente al mundo. Creo que esta relación queda desvelada cuando (nos) escuchamos en profundidad.  A lo mejor conviene que nos escuchemos de vez en cuando, que observemos nuestra vida e intentemos encontrar esa relación entre la palabra y aquello que vivimos. Puede que nos llevemos una sorpresa.

Leonardo Golia Vincent

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